Dentro de los inmigrantes italianos del siglo XIX existió una familia cuyos negocios llegaron a ser de los más importantes en el país, así como las posiciones que ocuparon muchos de sus integrantes en la sociedad peruana, tanto en el ámbito político como social, económico, cultural y filantrópico.
La familia Larco tiene su origen en Santa Margarita Ligure, en Rapallo, a 39 km de Génova. José Alberto Larco Bruno nacido en Alghero en 1830, vino al Perú como comerciante en 1838, para trabajar con su tío Francisco Larco Lastreto en Lima. Fue promotor del Hospital Italiano de Lima, presidente Fundador del Banco Italiano y alcalde del distrito de Miraflores, fallece en Alghero en 1900.
Antonio Larco Bruno nace en Alghero en 1831, se dedica al comercio en el Perú hasta 1866, cuando fallece en una revuelta de coolíes en el Chocope, valle de Chicama, como representante de la firma Susoni y Larco en la hacienda Cajanleque.
Andrés y Rafael Larco Bruno, , habían llegado de Italia alrededor de 1850. Luego de desempeñarse en actividades comerciales en Lima, a fines de la década de 1860 se fueron a Trujillo y compraron la hacienda San Ildefonso, y notaron que el negocio del algodón no ofrecía las oportunidades económicas que proporcionaba la industria azucarera, en ese momento en expansión.
En 1872, los dos hermanos alquilaron la hacienda Chiquitoy de 1250 fanegadas, ubicada en el valle de Chicama. Al expandir considerablemente las 200 fanegadas que el anterior locatario de la hacienda dedicaba a la caña de azúcar, cosecharon dividendos que utilizaron en 1878 para comprar las haciendas Tulape y Cepeda y en el arrendamiento del fundo Mocollope, en el valle de Chicama. Rafael Larco tomó la administración de Chiquitoy mientras que Andrés Larco rebautizó las haciendas Tulape y Cepeda, como Roma.
Orgullo italoperuano la familia Larco.
ResponderEliminar